lunes, 15 de febrero de 2016

Los MOOC impulsan cambios en las universidades


En nuestro libro “Alfabetización informacional usando tecnologías de enseñanza en línea: propuesta para diseñar un MOOC (17/12/14), ofrecíamos argumentos a favor del método de enseñanza masiva en línea, conocido como MOOC, por sus siglas en inglés. Hoy ofrecemos la curaduría de un artículo reciente[1] en donde se indican 10 cambios a los que se ven lanzadas las universidades a raíz de la irrupción de los MOOC:
  • 1.    Repensar la demanda: los MOOC han mostrado que, fuera del ambiente universitario convencional, existe una enorme demanda por educación de calidad. Hay más de 4.550 cursos que ya se ofrecen bajo esta nueva modalidad, y se agregan 200 más cada mes. El total de personas matriculadas llega a los 40 millones y que incluye todas las edades y territorios.
  • 2.    Repensar el currículo: hay evidencia de que la mayor demanda es por cursos de carácter vocacional, más que académicos. Son demandas en áreas educativas, de TI, negocios y salud. Más o menos las áreas que nuestros gobiernos han marcado como prioritarias para el desarrollo.
  • 3.    Modificar la estructura: no ya un currículo semestral, sino cursos cortos que pueden llegar hasta unas 10 semanas, y que se dan en dosis pequeñas, con logros medibles al final de cada etapa. A las universidades se les dificulta ofrecer cursos menos lineales, más abiertos y colaborativos.
  • 4.    Repensar la pedagogía: En vez de conferencias de una hora de duración, ineficaces según se prueba, los MOOC ofrecen tecnologías mezcladas y períodos cortos de audio, videos de no más de 5 minutos de duración que ilustran cada idea, y múltiples recursos de apoyo en todos los formatos.
  • 5.    Repensar la evaluación: qué hay que evaluar y cuál técnica emplear? Los MOOC ofrecen un certificado de idoneidad a quienes hayan realizado algunas pruebas fijadas para cada curso. Se va del modelo tradicional en donde se escriben ensayos, a una gama de técnicas evaluativas que se realizan en línea: evaluación mediante pares, marcado a máquina, marcado automáticos de ensayos, monitoreo en línea, reconocimiento facial, entre otros.
  • 6.    Repensar la acreditación: el artículo que comentamos nos ofrece el ejemplo del Instituto Tecnológico de Georgia, en donde se ofrece un programa de maestría en línea para 3 mil estudiantes (que podrían subir a 10 mil), mientras unos 300 asisten a clases presenciales en el campus. La discusión se centra en el tipo de acreditación que se ofrece: desde insignias (badges) que se ofrecen en línea para que cada estudiante arme su PLE, hasta las acreditaciones que ofrece el MIT mediante sus MOOC ofrecidos en la plataforma edX.
  • 7.    Repensar la tecnología: el aprendizaje en línea (eLearning) no se reduce a los MOOC. Hay búsquedas, aprendizaje informal, colaborativo, adaptativo, simulado, y más. La educación a distancia ha empleado muchas de estas técnicas desde siempre. Lo que cambia es la estrategia centrada en lo digital, en el uso de internet y el empleo de los móviles para accesar la información.
  • 8.    Repensar los costos: cada vez son más prohibitivos los costos de una educación tradicional. No pensemos en las cifras astronómicas que pagan los estudiantes norteamericanos, centrémonos en nuestro sistema público, y veamos la cantidad de recursos que podrían ahorrarse si algunos distinguidos profesores pudieran ofrecer su guía en línea a miles de estudiantes que no encontraron cupo. Pensemos en los ahorros de tiempo y transporte que realizarían miles de estudiantes que deben trasladarse a las sedes centrales a recibir sus clases presenciales. Pensemos también en las escuelas públicas, cuyos contenidos no pueden desarrollarse por falta de tiempo, espacio y profesores, y que podrían realizarse mediante metodologías móviles. Incluso algunos MOOC ofrecidos por Udacity, ya ofrecen empleos seguros al terminar sus cursos. Esto sí es revolucionario.
  • 9.    El papel de la educación superior: lo más central de los cambios impulsados por los MOOC es que nos hace pensar en que las universidades no son las únicas proveedoras de educación superior. Esa discusión entre la CCSS, la UCR y las universidades privadas en Costa Rica, queda rebasada por una realidad en donde miles de tecnologías de salud se pueden aprender en línea. Con currícula más abiertos, y costos menores, son muchas las organizaciones que ahora entran al mercado y ofrecen una formación idónea. Se oponen las instituciones tradicionales, que ven amenazada su esfera de influencia. Pero el público las ve como una salida frente a las presiones del mercado laboral y las condiciones sociales limitantes.
  • 10. Repensar su papel a nivel global: Cualquier persona, en cualquier lugar puede llevar un MOOC. Esto obliga a las instituciones tradicionales a repensar su papel de una forma más abierta y global. El artículo que comentamos ofrece el ejemplo de grandes alianzas que se están formando entre universidades, las cuales ofrecen un conjunto de MOOC y ofrecen el reconocimiento. En este ejemplo están: Delft University, Delft University of Technology, Swiss Federal Institute of Technology en Lausanne (EPFL) Australian National University (ANU) University of Queensland, University of British Columbia, y Boston University. Hay ejemplos en Malasia, en donde los consorcios permiten traslado de cursos y ofrecen acreditaciones, al estilo de los consorcios de aerolíneas que permiten viajar en cualquiera de ellas. ¿Cuándo empezaremos a ver esto en Costa Rica?




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