martes, 9 de febrero de 2016

Inicio del curso lectivo 2016: amplio uso de celulares en las aulas. Deyanira Sequeira


Iniciamos el curso lectivo 2016 con lo que pareciera ser una preocupación para maestros y bibliotecarios: cómo controlar el uso de los celulares en las escuelas. Antes que una preocupación por controlar, el hecho de que los estudiantes utilicen los celulares ha de representar una ventana de oportunidades para que el aprendizaje sea más enriquecedor y significativo.
Usar las tecnologías móviles ofrece una oportunidad a los bibliotecarios y maestros para llegar a los alumnos con formas novedosas de aprendizaje  que permiten mejorar el rendimiento escolar y llegar a más personas.
El NUI (interfase natural para el usuario) coloca a las personas en el centro y ofrece tecnologías visuales y auditivas que ayudan a los menos favorecidos a comprender los mensajes. Los contenidos son más accesibles y permiten la creación de conocimiento. La misión de los bibliotecarios es la creación de este conocimiento en sus comunidades, por eso es tan importante y tan democratizador. Las bibliotecas se convierten cada vez más en talleres donde se crean cosas (maker spaces), ateliers,o laboratorios en donde se ensayan las apps para producir objetos novedosos.
La alfabetización en apps es parte de ese amplio espectro que Unesco llama meta-alfabetización y que implica una comprensión del ecosistema móvil, las capacidades de los instrumentos (las tabletas, teléfonos inteligentes y otros), su facilidad de acceso, y el descubrimiento de tareas que sólo mediante ellas puede lograrse. Es una forma de romper esquemas y de comprender que no estamos más limitados por  restricciones de espacio o burocracias institucionales, sino que podemos llegar a todos en sus hogares o en cualquier sitio donde puedan usar un  dispositivo móvil.
Las nuevas tareas de los bibliotecarios ahora incluyen constituirse en un experto en apps para poder indicar a maestros y alumnos , dentro de los cientos de miles existentes,  cuáles son las mejores, las que mejor se ajustan al currículo. Hay que saber cuáles criterios usar para evaluar esa avalancha de apps. Los bibliotecarios han de participar más en programas en la web, o en talleres que ayuden a maestros y alumnos a hacer un mejor uso de las herramientas disponibles.
A nivel de país, la introducción de estas tecnologías representará un gran ahorro de recursos y una posibilidad de ampliar el tiempo que los estudiantes dedican a su preparación, pues ya no dependen de los espacios reducidos en las instituciones educativas, sino que podrán avanzar en forma autónoma y ser monitoreados por sus maestros, en una forma más libre e independiente.

Esas interfaces llamadas NUI (interfaces de uso natural) pueden ayudar a personas con cualquier nivel de dificultad, si se logra alfabetizar a maestros y bibliotecarios, para que conozcan los alcances y posibilidades de cada app. Este nuevo papel del bibliotecario, como experto en el campo de las apps le dará mayor relevancia a sus tareas tradicionales dentro de las comunidades a las cuales sirve.

Video recomendado: Conferencia magistral de Dolors Reig en Campus Party Quito en favor de los cambios tecnológicos  (http://youtu.be/MRnUDWGZPZI)

Lectura recomendada: La importancia de formar a los alumnos como ciudadanos digitales

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