martes, 14 de noviembre de 2017

Impuesto del 4% a la importación de libros



Los encargados de buscar recursos para financiar al Gobierno, algunas veces adolecen de una visión más general del conjunto de la nación, de sus metas, de los proyectos a largo plazo.
En el caso del impuesto a los libros, físicos y electrónicos, y de algunos programas de TV como Netflix y otros, se trata de una visión limitadas y corto-placista.
Cuando los sistemas educativos se dirigen hacia transformaciones importantes que incluyen el aula invertida o la educación en línea, para mencionar únicamente dos aspectos, lo que el gobierno va a grabar son los recursos educativos   abiertos, la base de esas revoluciones educativas, que el país espera y necesita con urgencia.

Aunque no es el único elemento de la innovación educativa, los recursos basados en la tecnología de la información y la comunicación (TIC) constituyen uno de los principales pilares en el proceso de innovación de la enseñanza. El cambio en los recursos no reside en su utilización, puesto que desde los inicios de la educación los profesores han hecho uso de los mismos. La gran diferencia radica en su naturaleza interactiva, con la red como canal de distribución y usoPierden de vista nuestros gobernantes que detrás de Netflix están todas las cableras, los servicios de Amazon o de Google. ¿Quieren grabar todo esto? No es mejor buscar a los grandes evasores en los paraísos fiscales?

¿Se dan cuenta, nuestros gobernantes, que el mundo cultural y educativo cambió? En el universo virtual que nos rodea hoy, los recursos educativos ya no aparecen separados por temáticas: diversión, entretenimiento, juegos, o lectura dirigida a diferentes intereses y niveles. Precisamente la riqueza de las redes es que ha dejado esa tarea, de seleccionar y escoger, en las manos de los usuarios, no importa su nivel o capacidad. Ya no estamos en la época medieval y mucho más, en donde algunos escogían lo que se leía, y lo calificaba. Ahora la autoridad reside en los usuarios de las redes. Todos.

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Entonces, ¿se van a poner impuestos a cuáles libros, a cuáles programas, a cuál música, o a cuáles juegos, a los educativos? A los que entretienen, a los que instruyen, a los que apoyan currículos renovados y abiertos? Tamaña tarea les espera a nuestros gobernantes entonces. 

Creo que no se han dado cuenta de la magnitud de la empresa.