El Gobierno anunció este domingo (18 oct. 2015) algunas
medidas para reactivar la economía[1].
Al anuncio ha seguido una discusión en los diferentes medios sobre las
implicaciones de dichas medidas. En algo en que la mayoría de los participantes
en foros coinciden es en que se trata de un impulso que involucra a todos los
sectores de la sociedad. Nos interesa destacar aquí el papel que las
bibliotecas públicas pueden y deben jugar en esta coyuntura.
En múltiples publicaciones hemos llamado la atención al
hecho de que el papel de las bibliotecas ha cambiado, como resultado de la
revolución científica y tecnológica y el
ingreso de las tecnologías en las redes. La información, que antes se
presentaba en soportes físicos, cada vez más se presenta en formatos digitales
y se accesa en las redes mediante dispositivos móviles conectados desde
cualquier lugar y tiempo.
El énfasis del trabajo bibliotecario se desplaza así hacia
un ámbito cada vez más comunitario y comprometido con el apoyo tecnológico que
se ofrece a los diferentes grupos que conforman las comunidades en donde
sirven. De espacios en donde se prestaban libros y documentos, se pasa a sitios
en donde se construyen proyectos productivos con la guía experta de bibliotecarios
y expertos invitados.
Las bibliotecas públicas se convierten, en esta coyuntura,
en uno de los espacios privilegiados que tienen las comunidades para asesorarse
en las TIC que apoyan e impulsan los proyectos productivos que requiere la iniciativa
gubernamental, desde invitar a los PYMES a usar las herramientas que los
Ministerios de Economía o de Industrias ponen a su disposición, hasta
monitorear el desarrollo de proyectos, para que puedan ser presentados en forma
idónea en la Banca de Desarrollo, y así conseguir los créditos que se requieren
para empresas nuevas. Desde invitar a los jóvenes desempleados a emplear nuevas
aplicaciones para el desarrollo de empresas, hasta mostrarles el uso de
tecnologías que permitan una formación autónoma en capacidades básicas que se
requieren, como inglés o matemáticas.
Las bibliotecas públicas pueden insertarse en la presente
coyuntura ofreciendo talleres de formación acerca de los mejores usos de las
redes: Google, twitter, YouTube, y otras, para que los usuarios en comunidades
urbanas y rurales pongan la telefonía móvil al servicio de proyectos
productivos.
Si los bibliotecarios que escucharon la cadena del domingo
pensaron que no iba dirigida a ellos, han de cambiar de opinión y pensar que es
el momento de mostrar el liderazgo de la profesión y poner toda su experiencia
al servicio de un momento importante para el crecimiento del país.
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